Es por todos conocido que la mayoría de las bodas se celebran entre mayo y octubre, pero cada vez son más las novias que rompen con esta tradición y escogen otros meses para festejar tan celebrada fecha.
Es verdad que en invierno los días son más cortos y hace más frío, pero también cuenta con grandes ventajas, como menos problemas a la hora de seleccionar la fecha o el lugar de celebración; la posibilidad de disfrutar de una luna de miel en la nieve o en el verano del hemisferio sur; aprovechar la época navideña para tener cerca a toda la familia; o el encanto de la nieve, las velas, …
Evidentemente la celebración debe realizarse en el interior (por lo menos el banquete) por lo que tenemos la escusa perfecta para aplicarnos con la decoración, creando distintos ambientes para señalar las distintos momentos de la celebración (aperitivos, comida, baile); utilizar guirnaldas de luces y velas; …
También las novias deben escoger un vestido adecuado a la época del año, tanto en la hechura, que se tenderá hacia vestidos con manga tres cuartos (manga francesa) o larga, como en la elección de las telas, donde es mejor escoger telas con más cuerpo; o en los complementos, como prendas de abrigo o accesorios para combatir el mal tiempo.
En lo relacionado con las telas, estas son algunas de las más adecuadas para las bajas temperaturas:
- Seda: la tela indicada para cualquier época del año ya que aísla del frío en invierno y es fresca en verano. Su apariencia puede variar según los acabados y diseño seleccionado.
- Terciopelo: gran protagonista de los vestidos invernales, puede servir tanto para la confección de vestidos, en un gramaje mas fino, como para su utilización en abrigos o capas.
- Damasco: los tejidos adamascados, más pesados y brillantes, se caracterizan por sus diseños florales elaborados en jacquard, algo elevados sobre la tela. Pueden ser de varios colores pero los blancos y cremas son los más utilizados.
- Bordados: con o sin pedrería, se pueden poner directamente sobre la tela del vestido (generalmente sobre hombros o escote para que no pese demasiado) o en chaquetas o abrigos.
- Crepé: de seda, algodón, lino,…su tejido entrelazado otorga carácter y cuerpo a los trajes realizados en esta tela, por eso es muy demandada por los diseñadores.
- Pieles: naturales o sintéticas. Podemos optar por ponerlas en el vestido, sobre todo en cuello y mangas o como complemento perfecto, en estolas o boleros.
Quizás la parte más importante del vestido de novia de invierno es la selección de complementos, aquí es el momento de lucir y completar tu look con el acabado perfecto: abrigos, chaquetas, boleros o capas, tan de moda últimamente. Podemos optar por la misma tela del vestido o por piel o lana, en el mismo color o usarlo de contrapunto escogiendo un color más llamativo. Las posibilidades son muchas.
En Los Robles de Santiago contamos con las instalaciones necesarias para celebrar tu boda en cualquier época del año. ¡Te esperamos!