Una de las tendencias más actuales en las bodas, desde el punto de vista de los detalles gastronómicos, es la colocación de una mesa de quesos. Son ideales para cualquier otra celebración, como cumpleaños, comuniones, bautizos, graduaciones, etc.. Tienen la ventaja de complacer a la mayoría de los paladares y la facilidad de elaborarse sin mucho trabajo.
A la hora de preparar y decorar la mesa de quesos se debe tener en cuenta la variedad, colores, sabores y calidad de los quesos, así como los acompañantes que pueden ser frutas, panes, galletas y vinos.
Las mesas deben contar con una gran variedad de quesos como por ejemplo: queso oaxaca, brie, camembert, cabra, parmesano, provolone etc. También se pueden incluir quesos gallegos, de los que tenemos en la actualidad una amplia variedad. Como acompañamiento, se pueden ofrecer diferentes panes como el negro, de cebolla, bolillo, integral etc. La combinación de diferentes quesos y baguettes ofrecerá distintas posibilidades a los invitados para crear tapas que puedan consumir a lo largo de todo el evento.
La tabla puede ser de madera, preferiblemente de olivo, o puede ser también una bandeja de cristal, cerámica o porcelana. Lo importante es que sea amplia para que los quesos no se toquen entre sí y exista el espacio adecuado para poder servirlos.
Los quesos deben ser presentados en tamaño mediano, se debe evitar colocar pedazos muy voluminosos. Una buena opción es cortarlos en cuadrados, triángulos o círculos. Es conveniente situar los quesos más suaves en el exterior de la tabla o bandeja, dejando los más fuertes hacia el interior, para ser degustados al final.
Dependiendo de la textura y el sabor, se recomienda un modo de cortarlos. Los más duros deben cortarse en las láminas finas. Los blandos o muy cremosos deben rebanarse con un cuchillo previamente untado con aceite.